Inicio Análisis La cruzada contra el comunismo, o cómo no entender el social liberalismo: Islote argentino a babor

La cruzada contra el comunismo, o cómo no entender el social liberalismo: Islote argentino a babor9 minutos de lectura

por Laura G. Vilanova
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Como venimos viendo, en Sudamérica se está consolidando una oleada de derecha y extrema derecha liberal. Están llegando al poder gubernamental por medios lícitos-electorales y también por medio de golpes de Estado.

Alberto Fernández asume la presidencia de la Argentina ante un mapa de soledad ideológica que ni la bandera de Japón. Si bien el presidente entrante declaraba recientemente sentirse muy acompañado en la región por las movilizaciones sociales. Fernández es por ahora el único presidente en el poder del Grupo de Puebla en América del Sur. El Grupo de Puebla o Grupo Progresista Latinoamericano surge ante el ciclo político de derecha en la región, en contra del neoliberalismo dirigido a las elites económicas y en alerta a los aparatos mediáticojurídicos que están interrumpiendo gobiernos electos legítimamente. El Grupo está conformado por líderes de izquierda de la región, algunos de ellos destituidos por poderes fácticos en el pasado reciente: Rouseff-Brasil y Lugo-Paraguay.

Grupo de Puebla

El Grupo hace un llamamiento a la manifestación democrática y pacífica de la ciudadanía latinoamericana contra lo que entienden como fallas del liberalismo capitalista en articulación con ideologías e injerencias externas criminizadoras. El Secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo declaraba que los Estados Unidos actuarían preventivamente para evitar “que países como Cuba o Venezuela se apropien de las protestas -en Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador”, el Grupo declaró su rechazo a esta afirmación en defensa del pensamiento y manifestación críticas de los ciudadanos de América Latina.

 

Actualidad, ¿en qué estamos?

En Bolivia se terminó por culminar el golpe de estado. La presidenta de facto, Jeanine Añez, se autoproclamó presidenta constitucional de Bolivia, acompañada de militares, su gobierno de transición ha represaliado a cuánto seguidor de Morales (asilado en México) salió a la calle, está persiguiendo a los cargos políticos de Morales y por legitimidad se basa en la recientemente publicada auditoría de la OEA, detonante de la destitución de Morales.

El Center for Economic and Policy Research y el profesor Walter Mebane del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Míchigan han publicado estudios contradiciendo la fórmula de fraude electoral a la que se refiere la OEA. Además una carta firmada por más de 100 expertos en economía y estadística de universidades de todo el mundo corroboran la falta de evidencia para la acusación de fraude electoral. EEUU y el gobierno de facto se respaldan en la OEA; los tres informes mencionados acusan a la OEA de una politización determinante en el golpe de Estado de Bolivia.

 


Los golpes de Estado suscitan un debate conceptual que deja de lado su esencia. ¿Se puede considerar golpe de Estado aquel proceso destituyente en el que los militares no toman las calles? Hay académicos que lo tienen claro, ante la falta de consenso en el procedimiento, pongamos foco en el resultado, la destitución ilegítima del presidente electo es un golpe o neogolpe. Cuando un o una presidente/a elegido legítimamente es destituido por un consenso de poderes fácticos mediante el poder político y constitucional, sí, es golpe/ neogolpe de Estado. El argentino Tokatlian define este fenómenos como el nuevo golpismo: encabezado por civiles, apoyo tácito de las Fuerzas Armadas, respeto a los procesos constitucionales, toman por bandera la instauración de un orden novedoso aludiendo las ruinas del pasado inmediato y consiguen la aprobación de la comunidad internacional. En los últimos años en América del Sur el presidente Lugo en Paraguay y la presidenta Rousseff en Brasil fueron víctimas políticas del neogolpismo. Hoy se suma la Bolivia de Morales.

 

Retomando la actualidad, en Uruguay, el balotaje terminó por otorgar la presidencia a la coalición de derechas entre el Partido Nacional, el Partido Colorado y Cabildo Abierto, resultando Luis Lacalle Pou nuevo presidente de los orientales. La noche de la votación devino en un frenético conteo electoral en el que se declaró empate técnico entre el Frente Amplio y la coalición. La victoria se definió tras el conteo de los votos observados ( entendiéndose como el voto que se realiza fuera del circuito electoral asignado). Finalmente 37.042 votos de diferencia entre ambos candidatos han habilitado la conformación del gobierno de coalición unos días después de la cita electoral. Pero si algo mantiene Uruguay, por ahora, es civismo. Tabaré Vázquez ha concurrido a la toma de posesión de Alberto Fernández junto a la Lacalle Pou.

Las protestas a los largo y ancho del continente se mantienen. A Chile, Ecuador y Bolivia se suma Colombia en contra de la gestión de Duque. Varias huelgas generales, violencia policial y fallecidos a mano de las fuerzas del orden son el reporte hasta ahora de 20 días de protestas.

Jeanine Añez, católica bautizada, evangelista practicante,  afirmaba en una entrevista que le rogaba a Dios menos muertes cuando sacó al ejército a la calle, habiendo sido proclamada por designación divina, los muertos no eran el plan, le reprochaba al divino. Declara no compartir afinidad política con Alberto Fernández y su equipo (aka Cristina Fernández de Kirchner), son afines a Morales, y por tanto, antidemócratas. Ni fue invitada, ni quiso asistir a la toma de posesión.

Las últimas declaraciones de Bolsonaro son un pedido a Dios para que las Fuerzas Armadas vuelvan a estar al frente del país. Él, junto al resto de las Fuerzas Armadas, es la propuesta para el cambio del país entre guiño y guiño a autoridades militares de la dictadura. También en función de la voluntad divina, su gobierno, dice respetar a la famili y a los militares. Una publicación de la revista Crusoé relata cómo grupos evangélicos van a afiliar a cinco millones de personas al nuevo partido de Bolsonaro, Alianza por Brasil, a cambio de dos buenos ministerios de cara a la próxima reforma del gabinete.

No es menor puntualizar que la extrema derecha o la derecha extravagante no necesariamente forma unión. El presidente de EEUU, Donald Trump, que había absuelto a Brasil y Argentina de los aranceles sobre el aluminio y el acero, recientemente vía tweet anunció que la medida quedaba sin validez y empezaría a aplicar dichos aranceles ante las devaluaciones del peso argentino y el real, en favor de los granjeros estadounidenses.

JAIR2 BSB – NACIONAL – O deputado Jair Bolsonaro (PP-RJ) , usa as estacas da faixa que convida para uma sessao solene em homenagens ao militares que participaram da guerrilha do Araguaia, como uma arma, apos discurso em plenario atacando membros do governo federal na area externa do predio do congresso nacional. 23.06.2005. FOTO DIGITAL: DIDA SAMPAIO/AE

¿Entonces?

La cruzada contra el comunismo que declaró Bolsonsaro va sumando delegaciones ideológicas. Sin embargo, ¿es pertinente hablar en estos términos? La última oleada de gobiernos progresistas en América del Sur, aplicaron políticas económicas de Estado en una gran apuesta por el liberalismo económico, muy lejos de la dictadura del proletariado, hoy día el comunismo es una doctrina política residual y lejos ideológica y geográficamente de América del Sur.

El último ciclo progresista apostó por el extractivismo de los recursos naturales para el mercado internacional, inversión extranjera con mayor o menor tributación según el país y consolidación de sus empresas en el mercado transnacional. Esta fue la receta mágica para todos, el win-win que mantuvo en el poder estos gobiernos neodesarrollistas que obtuvieron de estos beneficios, financiamiento para las políticas sociales, que han reducido significativamente los niveles de desigualdad social.

Ahora, una reducción de las tarifas en las exportaciones han derivado la atención del poder económico que junto al poder conservador evangélico y el discurso vacío antichavista, han logrado que los progresismos del social liberalismo dejen paso a un modelo neoliberal sin derechos, de benficios de muy pocos. Está en duda la soberanía de los recursos naturales de la región, estos podrían pasar de la soberanía estatal a la soberanía del poder económico capitalista, lejos de la ciudadanía.

La Unasur como consolación regional del modelo demonizado ha sido desprestigiada y abandonada. Paraguay, Brasil y ahora Bolivia son la cara amarga del fin forzado de la receta mágica. Los movimientos sociales en contra del modelo liberal sin políticas sociales siguen activos en Chile, Ecuador y Colombia. Es pertinente mantener el foco en los procesos, no desde su linealidad, sino desde lo conceptual: constitucional no necesariamente es legítimo.

 

La última cumbre del Mercosur muestra una imagen llena de simbolismo. La vicepresidenta de Uruguay, Lucía Topolansky, frente amplista y tupamara, con el brazo izquierdo en alto, está acompañada de tres brazos derechos en alto: el de Brasil de Bolsonsaro, el de Paraguay de Abdo y el de la Argentina de Macri. Tres estilos neoliberales que no deberían olvidar que con el Frente Amplio de Tabaré Vázquez culminaron el mayor puente neoliberal entre regionalismos de la historia. El acuerdo por el libre comercio entre la UE-EFTA y el Mercosur.

55 cumbre de Mercosur

55 cumbre de Mercosur en Bento Gonçalves, Brasil (5/12/2019) | Mercosur

 

Por tanto…

Atribuir a la oleada de gobiernos de derechas la rebaja del precio de las commodities en el mercado internacional, el poder político evangélico y los aparatos jurídicomediáticos en un contexto de neogolpes es demasiado categorizante para una región tan diversa. Sin embargo, estos factores, de peso, son una realidad que aplica una metodología ilegítima y un discurso irreal en favor del poder político neoliberal. Ni el comunismo existe como poder político en América del Sur, ni los evangélicos son designados divinamente para gobernar la región.

Los retos del Grupo de Puebla van a requerir de estrategias diplomáticas y electorales muy desafiantes para cumplir sus objetivos de equidad social en la región. Argentina debe dar la mano a un Uruguay de nuevo gobierno que queda por ver cómo se configura con Cabildo Abierto y su militancia milica pro Bolsonaro.

El verano se espera calentito.

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