De crema, chocolate, nata, hielo, con palo, tarrina o barquillo; los helados marcan los hitos del verano. Desde los primeros anuncios y carteles hasta las últimas novedades, el cliente siempre ha sido parte indispensable del proceso de comercialización del producto. En muchas ocasiones se lanzaba un nuevo sabor o formato al mercado y en función de su acogida se decidía su continuidad.
En la actualidad, los concursos, votaciones y elecciones vía internet marcan la línea a seguir. ¿Eres de hielo o de chocolate? ¿De sándwich de nata o de chocolate? ¿De Calipo lima-limón o coca cola? ¿De Frac o almendrado? ¿De palo o barquillo?
Por lo general, y a pesar de que un buen número de consumidores tomarían múltiples variedades de helado, lo cierto es que cada persona sigue un patrón común. Si te gusta el chocolate, optarás por helado de crema en formato palo o barquillo. Si te gustan los sabores refrescantes optarás por un Calipo (el polo de toda la vida) o por algún helado que contenga fruta tropical. Los cambios son excepcionales y el ser humano, que es un animal de costumbre, suele repetir en gustos en el 90% de los casos. De igual forma, cuando pedimos una tarrina de helado, en los puestos de la costa, nos movemos entre los mismos sabores de siempre (fruta, chocolate, avellana o sabores que se asemejan a productos que conocemos).
A la luz de los últimos artículos publicados, en los que se hacía un repaso de las novedades y desapariciones en término de helado, traigo a la memoria tres carteles que seguro recordarán las generaciones de los ’80 y los ’90.
El primero, del año 1984, con sus famosos frigolines de sabores clásicos (avellana, nata, ron y pasas, vainilla y chocolate), pequeñas tarrinas, polos (o popeyes), mini milk y su variedad de cacao y por supuesto el tradicional bombón helado. Entre sus principales novedades: el Frigo dedo, el Frigo pie, el Calipo, el Drácula y el Frigurón.
Cinco años después, en 1989, el helado Calipo aumentaría sus sabores (fresa, cola y lima) los helados de crema y palo darían lugar al famoso Frac, los frigolines pasarían a llamarse Cuore y surgirían con sabores afrutados y aparecería por primera vez el helado Twister.
En 1993 el bombón helado emergería con la marca Magnum y sus cuatro variedades (chocolate negro, chocolate con leche, almendrado y blanco). El Frigo pie se mantendría y el ocaso del Frigo dedo sería un hecho consumado. En esta ocasión la novedad la introduciría el helado Boomy que debido a su complicada tecnología para no romper su estructura (tres frutas de hielo sujetas por un palo) terminaría por desaparecer.
Las nuevas opciones de yogurt helado son la nueva competencia del sector. En algunos casos puedes escoger la base entre sabor yogurt natural, yogurt de frutas, nata o cacao; pero lo que más atrae al público es la cantidad de toppings que puedes añadirle. Frutas, siropes, galletas, chocolatinas, gominolas, confituras, etc. para conferirle tu toque personal o el que decidas en el momento.
Frente a ello, surgen las múltiples variedades en cuanto a helado de palo y cono se refiere. Con base clásica de chocolate y nata, chocolate y vainilla, chocolate negro o chocolate blanco, surgen las fórmulas recubiertas de sirope de fresa, caramelo, doble chocolate, coco…
Siempre a la vanguardia y en consonancia con el público, que para ello es la estrella del verano.