Conchi Moya nos pide permiso para hablarnos de sobre su gran pasión, la radio, y su novela ‘Sin pedir permiso’
El próximo 11 de diciembre se presentará en la Librería Muga, en el Distrito de Vallecas, una de las pocas novelas que existen en España sobre radio. En un argumento en el que a veces es complicado distinguir entre la realidad y la ficción, si nos encontramos en Vallecas o en Ventilla, Conchi Moya da rienda suelta a su imaginación creando atmósferas que se han ido forjándose cuidadosa y detalladamente desde muchos meses.
El pasado mes de noviembre, tuve la suerte de compartir un maravilloso atardecer en la Universidad Autónoma de Madrid junto a Tuca Muriel, Bahía Awah y la protagonista de esta entrevista.
¿Quién es Conchi Moya?
Soy periodista y escritora, ambos campos me encantan. Aunque la vida me ha llevado por otros caminos profesionales, siempre he sido de hacer las cosas que quería como pudiera y sigo manteniendo ese deseo de escribir, contar cosas y transmitir lo que a mí me resulta curioso. En la universidad estudié ciencias de la información, rama de imagen porque lo que más me gustaba era la radio y en los noventa ésta estaba enfocada a imagen y sonido. En la propia carrera empecé a hacer talleres de radio que fue lo que me enganchó y se convirtió en una de las pasiones de mi vida que me sigue llevando por otros caminos actualmente. Además soy activista cultural y de información por el Sáhara Occidental, es una causa en la que llevo quince años. Apoyo al grupo de escritores saharauis Generación de la Amistad a los que vi nacer como grupo y con ellos he hecho algunas antologías y he ayudado en algunas ediciones de libros. Siempre de manera muy modesta porque trabajamos solos prácticamente con autoediciones, buscando editoriales pequeñas que nos han ayudado.
¿Qué te parece si hablamos sobre Radio Resistencia? Bueno, tú fuiste creadora en 1997…
Sí, fui una de las fundadoras, empezamos en el año 97 con algunos amigos que conocí en la Escuela de Radio Imefe en el año 95. La idea fue crear una radio libre, asamblearia, un poco el estilo de Radio Vallecas, que todavía existe, Latina y otras muchas. Nuestra meta era que todos los que formásemos parte de la asamblea tuviésemos poder de decisión. Estuvimos siete años con la Radio abierta, fue muy difícil, no teníamos financiación, nada más que las cuotas de los socios y algunas ayudas, pero muy pocas, aguantamos como pudimos. Hacer radio era muy difícil, había que montar las antenas de radio enormes que valían una gran cantidad de dinero y tener mucho cuidado para no crear interferencias con las televisiones, los teléfonos de los vecinos, las grandes radios, bueno, algo muy complejo. Hacíamos mucho tipo de eventos y fiestas para poder mantener la radio. Fue una experiencia increíble, casi lo que menos hacíamos era radio al final, había que hacer de todo, pero fue una maravilla.
¿Qué consejo nos darías a las nuevas radios que estamos tratando de hacernos un hueco en el panorama actual? Tú que tienes mucha experiencia y que eres una gran especialista.
Sobre todo que lo hagáis con gusto y que lo hagáis bien. Se hace por amor al arte y hay que disfrutarlo y vivirlo al máximo. Pensar por qué lo hacéis, supongo que será dar voz a causas, gentes, a historias que no tienen cabida en los medios de comunicación de masas o simplemente vuestros propios intereses.
Y vosotras y vosotros, ¿cómo fuisteis capaces de enganchar a la gente para que participase en la radio?
Es encontrar gente que esté un poco loca. Es lo que te digo, eran unas palizas impresionantes de montar las fiestas, limpiar, nos tocaba hacer unas cosas surrealistas a veces. Lo más importante era la gente, un grupo con ganas de hacer cosas y lo pasábamos muy bien, entonces eso también cuenta. La publicidad era complicada, entonces no existían las redes sociales y empezamos cuando no teníamos ni móvil la mayoría de nosotros. Hacíamos publicidad con octavillas en las fiestas, carteles, todo muy rudimentario. Sí que poco después creamos una página web, con los primeros correos electrónicos, la difusión era boca a boca principalmente.
¿Qué te parece si hablamos sobre Sin Pedir Permiso? Tu nueva novela que refleja un poco lo que ha sido el hilo conductor en tu vida, la radio
Sí, eso es. El libro no es autobiográfico, es una novela, pero la parte de radio sí que son, en buena parte, nuestras vivencias. A mí me gustaba hacer mucho una especie de cartas que plasmaban si habíamos hecho alguna fiesta, evento o algo similar, he recuperado muchas de ellas y están en el libro. También hay historias y personajes inventados porque es muy divertido imaginar y tú mandes sobre los personajes o bueno, a veces ellos sobre ti. Tiene una parte autobiográfica en la parte radiofónica y una gran parte inventada. Me pareció muy interesante porque el tema de la radio en el ámbito novelístico no hay prácticamente nada. También el tema de la música, en otros países sí que se habla de músicos en novela, pero en el nuestro no tanto. Por eso hay un grupo musical que empieza de cero pegado a la radio y me parecía muy emocionante contar cómo hacían las maquetas, cómo ensayaban y a parte de todo eso, que a mí me apetecía recuperarlo tras veinte años. En la novela se pueden apreciar cómo eran los noventa, un momento de crisis económica, no sé si tan fuerte como la de ahora pero era el momento en el que se marchaba el PSOE acuciado por la corrupción, llegaba el PP para supuestamente arreglarlo todo y ahora vemos cómo han sido estos veinte años de bipartidismo. Cuento cómo era Madrid, el inicio de las ONGs, la inmigración que empezó a llegar. Quizás un tiempo parecido al de ahora, un poco embrionario.
Presentas en Vallecas, ese barrio tan obrero, trabajador y luchador. Cuéntanos sobre ello por favor.
El libro ha seguido esa idea que teníamos de autogestión, voy con una editorial, pero hemos hecho crowdfunding. Nueve meses después lo hemos conseguido, un proceso largo que también gracias a la ayuda de amigos hemos logrado. En Vallecas es porque es mi barrio y la presentación también la estamos llevando nosotros. Busqué varias librerías, la primera que me respondió fue Muga y allí será, también porque es una librería que tiene bastante fuerza en el barrio, llevan catorce años y es una librería de referencia. En el libro también se habla de Vallecas, aunque la radio imaginada que cuento está en Ventilla, un barrio también muy curioso con mucha historia, dos de los personajes del libro son de Vallecas, se habla del barrio y por eso me parecía muy bonito hacerlo allí. Queremos hacer algo distinto, alguna lectura dramatizada y habrá algún músico que cantará algunas canciones. Principalmente, busco pasarlo bien.