Huelo a distancia el eco del hielo
y las ásperas codicias del poder.
El frío congela mi furor y lo amarga,
tal y como los oráculos, viejos, soñaron
aquella tarde en el monte Parnaso
-¡Oh hermoso Delfos! -.
Ya no albergo aspiraciones,
tampoco queda lucha en mis venas
que hagan frente a la soledad
que un periodo enigmático
-Ni el poeta sabe en qué tiempo vive-
ha traído dentro de sí mismo.
Yo sigo olisqueando como un lobo
en busca de un enemigo en mi cerco.
Y paseo mi cola por la nieve
mientras aúllo al sol de invierno
para que tu voz, tan compleja e inalterable,
susurre en mis oídos la señal.
Los esclavos del papel y la rabia,
pagados por la hiedra venenosa,
buscan mis pieles y la de otros
perros sañosos que viven del olor
familiar, eterno,amoroso y sexual
de las caricias.
Añoré encontrar sol y luz
entre los casposos bosques del norte,
como los pies encuentran el suelo al caminar,
y esculpí el busto tuyo en mi guarida
para masturbarme las noches de anhelo – todas –
mientras la luna dibujaba al alba
unas garras resplandecientes en la roca.
Quizás añore las jerarquías de la manada,
quizás busque entre los arbustos tu olor,
quizás rasque las paredes del llanto,
quizás salte de prado blanco en prado,
o tal vez, mi lengua busque purgar tu boca ,
loba, sin verde y con mi miel.
[author] [author_image timthumb=’on’]http://radioparalela.es/wp-content/uploads/2015/11/Álex-Tena.jpg[/author_image] [author_info]ALEJANDRO TENA
(Madrid, 1994).Historiador y poeta en proceso. Sigo los paso de Panero y <con mis versos busco reencontrarme a mí mismo> [/author_info] [/author]
1 comentario
Grande, como tú.