La pasada gala de los Goya 2017 ha estado marcada por una clara llamada de atención a la falta de papeles femeninos en la gran pantalla. Cuca Escribano, famosa actriz de series como Acacias 38 o Sin tetas no hay paraíso, se presentaba a la ceremonia luciendo un chal que rezaba “más personajes femeninos” como signo de protesta del enorme desequilibrio en la profesión. 303 nominados frente a 230 nominadas y un total de 78 directores de películas, en el último año, frente a tan solo 18 mujeres al mando de la dirección. Las cifras, aportadas por el presentador de la gala, Daniel Rovira, hablan por sí solas.
“No llego a comprender por qué a las mujeres nos cuesta trabajo que nos reconozcan al mismo nivel que los hombres” declaraba con resignación Ana Belén, Goya de Honor de este 2017. Por su parte María León, ganadora del Goya a la Mejor Actriz Revelación en 2011 por La Voz Dormida, señalaba la falta de recursos para fomentar esos papeles femeninos, y la nominada en la misma categoría, Ruth Díaz, reivindicaba que los personajes creados fueran de verdadero peso, y no solo secundarios. Pero sin duda alguna la más crítica era Paz Vega cuando en sus declaraciones alegó que la mayoría de las actrices cumplían un mero objetivo de complemento con su homólogo masculino “Hay un clara supremacía de papeles masculinos que se arropan con mujeres de veinte o treinta años menos”.
Y es que aunque el cine español haya hecho un largo recorrido hasta situarse en unos niveles de taquilla inigualables, la igualdad de género sigue siendo un tema a tratar incluso en este mundo “tan plural”. Los reconocimientos y oportunidades no llegan a todos por igual, tal y como ha quedado demostrado por éstas y otras muchas declaraciones de actores y actrices durante el transcurso de la ceremonia. Y como bien expresó Rovira en su discurso con los pies en los tacones “hay que seguir trabajando por conseguir más mujeres que hagan películas, sobre mujeres, con mujeres y para todo el mundo”.