En la carrera por adaptarse a las nuevas dinámicas de consumo y crear los nuevos Netflix del mercado, los grandes grupos de comunicación del país han presentado en los últimos tiempos sus correspondientes plataformas de producción propia. Primero fue Flooxer (plataforma del grupo Atresmedia que dio alas a los inicios de la extraordinaria Paquita Salas), después llegó Mtmad (que ha evolucionado en un YouTube de tronistas e hijos de la farándula telecinquera) y finalmente nació Playz, iniciativa de RTVE para incrementar la creación de contenidos digitales y captar al público joven alejado de la corrompida televisión pública.
En ese intento por dirigirse a nuevos targets de audiencia, Playz se lanzó a las pantallas con Si fueras tú, primera serie española transmedia e interactiva (los usuarios votaban cada semana entre dos opciones la continuación de la historia) y ha presentado otros proyectos más o menos innovadores como Nosotrxs somos (serie documental que narra la historia del activismo LGTB) o Colegas(un guiño nostálgico a las series españolas de los noventa). Así, cuando su nombre empieza a hacerse un hueco en el panorama audiovisual, RTVE ha presentado sus nuevas apuestas para Playz durante la celebración de la sexta edición del festival MiM Series: Abducidos y Boca Norte.
Mientras Boca Norte aspira a convertirse en la Élite de TVE, Abducidos se queda a medio camino con un producto rancio e innecesario para una plataforma que se define con otros objetivos. La serie se vende como un spin-off de El Caso: crónica de sucesos, serie emitida por TVE hace un par de temporadas —y extinta por bajas audiencias— que narraba acontecimientos de la España franquista en las inmediaciones de la redacción del semanario que da nombre al formato. La trama de Abducidos parte de la llegada de dos trabajadores de El Caso a los estudios de TVE para comenzar su andadura en la televisión. Obsesionados con los fenómenos paranormales y los extraterrestres (aquí recae la vis cómica de los personajes), deciden desobedecer los encargos de una entidad encorsetada por el régimen para meter el avistamiento de un ovni en la escaleta del programa para el que comienzan a trabajar.
Sin embargo, en vez de aprovechar los recursos de archivo que tiene TVE para construir una trama histórica que relate el papel que jugó la televisión como ventana de la libertad y rotura de los tabúes dictatoriales, Playz ha presentado una historia sin ninguna narrativa que cale en el espectador que sustenta la plataforma. El Caso recibió el aplauso de la crítica por contar reliquias de hace cuarenta años (la mayoría, verídicas) restauradas en piezas audiovisuales. Pero su secuela se apoya en una historia tan sumamente estúpida que conduce al espectador a replantearse si está viendo alguna de esas series de hace diez años que pretendían cazar al público resacoso del final de Los Serrano. Si la serie original no captó al público en abierto (un target mucho más amplio), no captará a la audiencia millenial que la pública quiere —y necesita— para su plataforma de contenidos digitales.
Pero no todo son sombras en la jornada de estrenos de Playz. Boca Norte (que bien podría ser una especie de Élite con pinceladas de Un paso adelante), cuenta la historia de una niña pija que se traslada a un barrio periférico de Barcelona. En contra de su voluntad, acude a Boca Norte, un centro administrado por los jóvenes del barrio donde – a través de la música–sobreviven a un mundillo radicalmente opuesto al de la protagonista. Las historias de la serie se edifican sobre los cimientos de su tiempo y van directas a reproducirse en los dispositivos de los adolescentes del tirón —porque sí, cada capítulo (al menos los dos primeros) te deja con ganas de más.
Boca Norte dibuja en sus personajes roles marcados por cuestiones de clase social y orientación sexual. Sin embargo, la ficción no descansa en un trama principal (en Élite, el asesinato de la protagonista)para construir la historia y deja las relaciones de los jóvenes fluir en un universo de trap y danzas urbanas. Así, Playz ha parido un formato que desborda naturalidad con historias que entrelazan adicción al porno, impotencia sexual, masturbación, drogas y miedo a la aceptación social.
Ambas producciones evidencian la madurez de la plataforma y la tendencia a producir webseries (aunque el término resulte un tanto anticuado) que retraten en profundidad historias cada vez más complejas.No obstante, la conexión con el espectador es un factor clave en el éxito de la ficción. Y Playz debe contar historias que alboroten las inquietudes de su público. Por eso, Boca Norte funciona y Abducidos apesta a naftalina con sus chistes de extraterrestres y conservadurismo franquista.