– ¿Qué por qué me deseas? Supongo que no te queda de otra. Has consagrado tu vida, tu nobleza y tu bondad a hacer de mí una mejor persona y ¿qué has conseguido a cambio?, Já… estar más y más enamorado de alguien que no lo merece.

– ¿Qué por qué fumo? Bueno… ja ja, creo que es la única forma que tengo de ver mi alma. Con cada  bocanada de humo que suelto, creo encontrar parte de mi humanidad perdida.

– ¿Qué por qué bebo cada noche? Digamos que estando  ebrio es la manera más correcta de estar cuerdo.

– ¿Qué por qué no te dejo ir? Porque siempre serás la esperanza de poder ser el mejor hombre que el mundo espera de mí. Aunque todos sabemos que nunca lo lograré. Pero la esperanza es lo último que se pierde.

-¿Qué por qué te amo? Eso es más sencillo. Porque no encuentro otra forma de sentirte, de encontrarte, de ser yo.

-¿Qué por qué te miento? Porque los villanos no sabemos ser honestos ni con nosotros mismos. ¿Cinismo? Quizá… pero la transparencia de una persona está cargada, paradójicamente, de cierta mezquindad y descaro. Y bueno… la mentira forma parte de mi sinceridad.

-¿Qué por qué villano? Porque quise hacer de mi voluntad mi religión. Mi retorcida falta de escrúpulos, me hace ser quien soy. Poseer y demostrar bondad no sería más que un elegante  disfraz políticamente correcto y aceptado por una sociedad incapaz de aceptar que el ser humano posee una terrible necesidad de excesos. De placeres. Y la elegancia solo está en mi buen gusto para la decoración, en mis modales, y en la verborrea con la que te provoco esas incómodas erecciones.

Sin villanos como yo, no habría héroes tan hermosos y crédulos como tú. Esperanzados a darnos un final feliz, confiados en que buscaremos redención. No, encanto.  La villanía es un placer que solo unos pocos se atreven a disfrutar.

-¿Qué por qué me río? Bueno, es mejor reír que llorar. Además es la única forma que tengo de hacerte levantar las cejas como un gato que es sorprendido por el alba de un nuevo día. Porque encuentro la vida más divertida en medio de toda esta oscuridad, si consigo que arquees las cejas así. Porque me gusta tu cara de reprobación cuando te tiro el humo a la cara con desafío; o cuando sientes que mis labios saben a vodka cuando aún no ha caído la noche. Porque los villanos no necesitamos motivos para reír. La mayoría estamos locos y nos encanta ver cosas que nadie más puede. Como tus ojos. Para el resto del mundo, dos irises teñidos de un verde turquesa inmaculado. Mientras que para mí, son la prueba lícita del final de mi vida…

….podría seguir hablando de mí, como hago con tanta asiduidad, pero por hoy prefiero embriagarme en el silencio de las palabras que te he quitado. La muerte de éstas al ver que mi razón siempre estará por encima de la tuya, era inminente. Sabes que nunca te haré caso, y que haré lo que me dicten mis demonios. Como ahora, que solo me apeteces tú, en la cama. Pero no solo de una forma sexual, que también, sino de forma artística. Como si pintara un lienzo al tocar tu piel; como si al hincar mis dedos en cada recoveco, pudiera componer la más bella armonía. Porque, siendo una vez más un egocéntrico, siento que cada caricia en ti, y cada susurro obsceno, hacen de mí el mejor escritor.

Una vez más me preguntas que por qué elijo inclinarme a ser un villano. Porque si fuera el héroe, jamás te hubiera tenido, enredado en la cama. Porque si no fuera el villano de esta historia, no estarías amándome, y odiándote por amarme hasta morir. Porque si no fuera un verdadero villano, jamás hubiera logrado que te enamoraras de mí y no me hubiera quedado otro remedio que dejar la vida, en el anonimato de tu corazón.