La la land. Sólo con pronunciar estas palabras, miles de críticas, tanto buenas como malas, surgen de entre los más recónditos lugares. Personas no aficionadas al cine musical que continúan realizando los mismos alegatos de siempre, dejando clara su incomprensión y su falta de apetito musical. Lo cierto es que, que la película se detenga para que los personajes canten y bailen es algo que mucha gente sigue sin comprender. En mi opinión, La la land no sólo revive el género musical, sino que también lo eleva, saliéndose de lo común, planteando un final totalmente inesperado.
La interpretación de los actores es sublime, en concordancia con los elementos que les rodean. Todo increíblemente medido para componer un film de lo más apasionante. Una película de una belleza incalculable, y nada pastelosa. Ofrece al espectador la posibilidad de sumergirse en un mundo donde la música se convierte en el elemento principal, imprescindible en todas las escenas, acompasada con los movimientos de los actores, y el diálogo. La música es un personaje más, que cobra vida, que une a los protagonistas y que les empuja a hacer aquello que tanto desean.
De nuevo nos encontramos con dos vidas perdidas que se cruzan, dos seres incomprendidos que miran de una manera diferente, inmersos en un mundo al que todavía no pertenecen, porque quieren hacerlo de una manera muy especial.
Ella, cansada de llamar a puertas recibiendo negativas, y él, soñador inagotable cuya única pretensión es ver resurgir el jazz, un género que parece olvidado, pero que sin embargo, él encuentra necesario y exquisito. Es por eso que encontramos en la película ritmos que nos recuerdan continuamente a épocas pasadas, canciones que se alejan al completo de los géneros a los que estamos acostumbrados actualmente. Quizá por esta razón, en mi opinión, La la land es una película en la que debes sumergirte, dejándote embriagar por la armonía de los elementos; tanto imágenes, como música, como vestuario, como coreografías… es importante conectar con todo de la misma forma en que lo hacen los protagonistas, ya que tiene un argumento sencillo y no aparecen muchos personajes que puedan distraer al espectador. Se trata únicamente de disfrutar de la atmósfera que se crea entre ambos y de comprender, aunque sea mínimamente, lo que pasa por sus cabezas.
El director y guionista, Damien Chazelle, no admitió ningún cambio en el guion, arriesgándose y siendo consciente de que no era “lo típico” o lo que la gente puede esperar de una película musical. Y así es exactamente cómo se ha labrado el éxito.
La la land está nominada a nada más y nada menos que 14 premios Oscar, entre ellos los de mejor actriz para Emma Stone y mejor actor para Ryan Gosling, ambos galardonados en los “Globos de Oro”.
La la land es sin duda el descubrimiento de este 2017. Un descubrimiento que no habla de ficción, de mariposas en el aire ni acontecimientos extraños o imposibles. Un descubrimiento que cuida la realidad, mimándola y mostrándola de una manera muy especial…maravillosa.
Porque elegir, siempre significa renunciar a algo