Me gusta el cine arriesgado, el cine que hace reír. Me gusta la controversia en las películas y definitivamente, me gusta “la gran enfermedad del amor”.
Una película dirigida por Michael Showalter, que cuenta la historia de Kumail y Emily. Kumail es un chico musulmán que se cuestiona constantemente las imposiciones de su religión; la razón por la que tiene que casarse con una mujer que desconoce y a quién no ama, en vez de contraer matrimonio por amor con quién él mismo decida.
Con puntos de humor muy inteligentes, “la gran enfermedad del amor”, nace en un momento complicado para toda la comunidad musulmana; algo que está implícito en el guion de la película (que me parece espectacular) y que ayuda a dar visibilidad a todas las personas que no comparten los valores de unos pocos radicales y sin embargo, sufren a su costa.
Kumail, cómico con corazón de artista, conoce a Emily en una de sus noches de monólogo y ambos se enamoran, para sorpresa de la madre de Kumail, que lo único que esperaba era su casamiento con una mujer paquistaní que cayese en gracia a toda la familia.
La película es una crítica a las costumbres arraigadas que encierra la religión y que muchas veces suponen un sufrimiento innecesario y más que un paso hacia la felicidad, un retroceso que impide un sentimiento real, como es el amor que sienten Emily y Kumail.
Una crítica que se puede extrapolar a la vida; al hecho de no estar con alguien por lo que puedan decir o pensar los demás, que los prejuicios o diferencias culturales o sociales… ganen al amor.
Los actores son magníficos y sus interpretaciones en versión original ganan mucho, por no mencionar que el actor protagonista es él mismo, quién vivió la historia en primera persona; Kumail Nanjiani y el guion está escrito por ambos.
En definitiva, una tragicomedia diferente, conmovedora, de lo más cotidiano y sencillo, pero con un guion que sobresale frente a muchas otras.
Vayan a verla.