TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) es una enfermedad que sufre más de un millón de personas en España, una enfermedad que la OMS (Organización Mundial de la Salud) incluye entre las 20 primeras enfermedades discapacitantes. Pero entonces; ¿por qué nadie habla de ella? Quizá sabemos que existe, pero desconocemos cuáles son las causas, o peor, las conocemos, pero no las entendemos. Como suele ocurrir con la mayoría de enfermedades mentales, hasta que no vives con alguien que padece algo similar, o hasta que no lo sufres en tu propia piel, no eres capaz de comprender por qué alguien, o más bien, el cerebro de alguien, es capaz de hacerse tanto daño a sí mismo. Pero así es.
TOC TOC no es la mejor película del año, ni la más divertida, pero presenta a ojos del espectador una realidad; la de miles de personas en el mundo y en nuestro país que se ven encerradas en su propio ser, siendo presos y carceleros al mismo tiempo.
Y la presenta de la mejor manera; con risas. Porque en este caso, tal vez sea la risa la mejor vía para derivar en una profunda reflexión.
Una comedia poco convencional, que juega con las peculiaridades de personas muy diferentes que tienen fobias que se aproximan a lo absurdo; miedo a los microbios, obsesión por la simetría, necesidad de repetición, recordar fechas y números constantemente u obsesión por comprobar todo hasta treinta veces seguidas. Fobias que hacen que al salir del cine te preguntes a ti misma; “¿Qué ocurriría si me pasase algo así?”, o que discutas con tus amigos cuál es la peor de todas esas obsesiones.
Y si consigue eso, ya cumple un propósito del cine, y seguro que un propósito para su director.
Vicente Villanueva, en mi opinión, se ha ceñido por completo a la obra de teatro, algo que queda evidenciado durante el desarrollo de la película, que peca de lineal y repetitiva en ciertas ocasiones; algo que en el teatro se puede resolver sin problemas al ser más espontáneo y directo, pero que en el cine puede terminar resultando aburrido.
El reparto es excepcional, todos los actores encajan bien en su personaje y es fácil identificar desde el principio cuál es su trastorno.
Lo más interesante, sin duda, es que los pacientes coincidan a la misma hora en la sala de espera de un centro psicológico y esa sea la excusa perfecta para la realización de la película. Cómo se resuelve lo que a priori parece un conflicto; cómo esa situación termina siendo la terapia perfecta para ellos, al verse reflejados en otras personas que padecen la misma enfermedad; cómo ayudando a otros, puedes ayudarte a ti
Sin duda, el cine es el mejor lugar para contar historias, y cuándo son tan locas como estas, merece la pena ir a escucharlas. Una comedia divertida, que nos hace olvidar nuestro mundo, para entrar en el de otros.
Por mi parte; un 6,5 sobre 10 para Villanueva, y un 8 en interpretación para todos los actores (Paco León, Rossy de Palma, Alexandra Jiménez, Óscar Martínez, Adrián Lastra, Nuria Herrero e Inma Cuevas)