El programa de radio ‘La Vida Moderna’ que se emite en la Cadena SER, es uno de los primeros programas radiofónicos adaptados a Youtube. Esta adaptación no solo pasa por grabar los contenidos y publicarlos en la web de vídeo más grande de internet, sino en elaborar la programación apoyándose en el humor y la polémica; atributos del infoentretenimiento.
‘La Vida Moderna’, dirigido y presentado por David Broncano y copresentado por Juan Ignacio Delgado “Ignatius” y Héctor de Miguel “Quequé”, ha sabido adaptar tanto el formato como los contenidos de su programa para conectar con el público millennial, que abarrota el estudio de la Cadena Ser en cada programa. Esta conexión con la audiencia joven, junto a la utilización del formato vídeo, es la base del éxito de la adaptación a Youtube.
Límites del humor y la polémica
El programa combina temas ligados a la actualidad política y social con otros aleatorios, fuera del “mainstream” o corriente principal, pero todos ellos tratados desde una perspectiva divertida y polémica que es la marca de la casa de este programa. Sin embargo, en varias ocasiones este tratamiento polémico ha generado malestar y debate en las redes sociales, especialmente la sección de Ignatius; considerado el creador del “Poshumor”. El copresentador rebasa con mucha frecuencia los límites del humor entrando en conflicto con lo moralmente aceptado por la sociedad en temas relativos a la discapacidad, sexualidad, religión o política.
Uno de los casos más recientes fue el de Raúl Gay, diputado de Podemos en las Cortes de Aragón en sustitución de Pablo Echenique y enfermo de focomelia, una rara enfermedad que causa un desarrollo deficiente de los huesos de las extremidades. La noticia sobre la elección de Gay generó risas en el estudio y comentarios de Ignatius como “disfuncional muerto, disfuncional puesto” o “Echenique, ya no hacen chistes sobre tí, necesitamos a alguien más disfuncional para seguir manteniendo la atención en los medios”.
Este tratamiento cuestiona los límites del humor moralmente aceptados en los medios de comunicación, y generó un aluvión de críticas en las redes sociales y medios de comunicación como ʻOkdiarioʼ o ʻPeriodista Digitalʼ, que publicaron artículos descalificando el programa radiofónico. El protagonista de la polémica, Raúl Gay, se tomó con humor lo sucedido y comentó a través de twitter que los comentarios del programa eran solo humor negro, animando a sus seguidores a informarse sobre discapacidad.
Casos como el de Gay, pueden interpretarse como un distanciamiento entre los límites morales del humor que tiene el público millennial y el de audiencias de mayor edad, en las que este tipo de tratamientos no son asimilables. En este sentido, Youtube, como medio de comunicación de referencia para los jóvenes, es la plataforma donde ‘La Vida Moderna’ encuentra a su target y su espacio mediático, retroalimentándose a través de las redes sociales.
Conexión con el público y movimientos espontáneos
Junto con la ruptura de los límites del humor, el uso de la polémica y el formato vídeo, la conexión con el público es el cuarto elemento que hace del programa, un programa adaptado a Youtube. Esta conexión se basa en la espontaneidad con la que la audiencia interactúa con los presentadores y puede participar en el programa, sintiéndose parte de él.
Por otro lado, ‘La Vida Moderna’ en general y las performances de Ignatius en particular, generan tendencias sociales entre los millennials. Una de las más extendidas es la de acudir a las tiendas de una conocida marca tecnológica para poner fotos del copresentador como fondo de pantalla de los dispositivos electrónicos. Estos movimientos son el reflejo de la conexión y cercanía que existe entre el programa y su audiencia.
Como conclusión, ‘La Vida Moderna’ ha sabido adaptarse a Youtube, un canal de comunicación de dimensiones extraordinarias que sigue creciendo mes a mes en número de usuarios y horas de consumo. Este programa será posiblemente tomado como referencia para un gran número de nuevos programas radiofónicos que se adapten a la plataforma para conectar con el público millennial, para el que el formato radiofónico clásico no resulta atractivo.