Una vez llegado al acuerdo PSOE-Junts y la investidura de Pedro Sánchez, hay una palabra que inunda la cabeza de todos aquellos adictos a la política y que ocupará el debate político durante los próximos meses: AMNISTÍA.
Sin embargo, mientras en la agenda pública toda gira en torno a la palabra amnistía y mientras todo parece articularse políticamente en torno a la idea central «Las Dos Españas», existe una tercera España, un reducto territorial muy grande en extensión, pero que cada vez es más imperceptible en términos políticos y mediáticos.
En esta Tercera España, Sánchez, Feijóo, Puigdemont y Otegui son actores muy lejanos, y la amnistía, el golpismo o la agenda plurinacional, son asuntos casi del lejano Oriente, porque esta Tercera España, como bien dijo Tomás Guitarte (ex diputado por Teruel Existe), libra su particular batalla: la supervivencia.
Mientras el PP acusa al PSOE de traicionar a España, y el PSOE acusa al PP de pactar con la ultraderecha, en la vasta y desalojada España Vaciada casi nunca pasa nada, y mientras en la M-30 se reparten los pedazos del pastel entre los ricos y privilegiados del modelo territorial, las abuelas castellanas tienen que ver cómo sus hijos y sus nietos tienen que irse de aquellos territorios que ellas levantaron con su sudor y su trabajo.
Por ello, cuando esta semana Sánchez ha sido investido presidente, y cuando se produzca (porque tarde o temprano se producirá) una alternancia política en el Gobierno, seguirá existiendo una Tercera España totalmente abandonada y olvidada, donde poco ha pasado más allá del tiempo, y donde sus representantes políticos están demasiado ocupados con los asuntos de Madrid y Barcelona como para atender las necesidades de su tierra.
Y, mientras tanto, sus habitantes, que son cada vez menos en términos demográficos (aunque un castellano nunca se olvide de dónde está su casa), seguirán teniendo que ver cómo aquellos que se llenan los bolsillos legislatura a legislatura hablan de una Castilla asfixiante y opresora, a la vez que despiden casi a diario a sus seres queridos, que se van de sus hogares sin fecha de regreso. Ese es el verdadero resultado de un modelo político y territorial donde siempre ganan los mismos, y ese es el verdadero resultado de unos partidos que se olvidaron de todos los territorios que no les chantajean a cambio de una investidura o unos presupuestos.
Por ello, que nadie se extrañe cuando alguien de estos territorios diga que le dé igual quién esté en el Gobierno o con quién se pacte qué, porque su lucha política está centrada en defender el lugar que le vio crecer, y sabe perfectamente que esa lucha ni ha estado ni va a estar representada en ningún debate de investidura. Es por eso por lo que la gente de esa Tercera España, que es sobria y austera, pero también humilde y trabajadora, cada vez ve más lejano todo lo que pasa en Madrid, y cada vez siente más que esté quien esté en La Moncloa, nadie aparte de ellos se va a preocupar por el futuro de sus pueblos.